viernes, 24 de octubre de 2008

Ante las Elecciones Municipales

Comunicado Oficial

Consejo Nacional de Comités Comunistas

Este domingo 26, los chilenos acudiremos a las urnas una vez más, esta vez, en un escenario excepcional. El mundo se sobrecoge ante la amenaza de una recesión económica que podría ser mayor a la tristemente recordada, ocurrida en los años 30 después de la caída de los mercados internacionales en 1929.

Chile no escapará a los efectos de esta sacudida de la economía mundial y el impacto, pese a los anuncios de las autoridades de que será menor gracias al buen pie en que se encuentra la economía nacional, golpeará como siempre a los sectores más desprotegidos. Serán una vez más los trabajadores y las capas medias quienes recibirán el mayor peso del fenómeno.

Los comunistas sabemos que las soluciones de fondo a los graves problemas que afectan a estos sectores mayoritarios del país, y que más adelante se agravarán aún más, no consisten en remendar el modelo neoliberal y establecer pactos velados o abiertos para controlar el posible descontento social que surja cuando la crisis se exprese de manera más aguda, como se ha pronunciado Guillermo Tellier cuando manifestó a los medios que habrá que ser responsables.

De poco o nada servirá el haber establecido un pacto por omisión, como el que suscribió la dirección central de nuestro partido con la Concertación para participar en los comicios municipales, pues de éste contubernio el único ganador será la Concertación. Aún cuando la Comisión Política saque cuentas alegres tras los resultados e incluso las cifras parezcan favorables, nuestro partido, el partido requerido para organizar al pueblo, a los trabajadores, educarlos y actuar como un motor de la lucha por sus derechos y por transformar en definitiva la sociedad chilena, ese partido, no obtendrá nada significativo, porque lo pactado con el oficialismo va mucho más allá de lo que reconocen los máximos dirigentes de la organización.

Cómo podría obtener buenos resultados si se presentaron mucho menos candidatos que a las últimas elecciones municipales. Curiosamente esto se hace ante unas elecciones municipales reconocidas como las que cuentan con la mayor cantidad de candidatos inscritos en la historia del país.

La omisión real de los comunistas en estas elecciones es mucho mayor de la que reconoce la dirección central. En los hechos existen cuatro formas de aplicar la omisión de los posibles candidatos del partido, más allá de las conocidas. Y estas formas encubren una maniobra de entrega total de espacios importantes para el desarrollo de la labor que le compete al partido junto al pueblo. Es el caso del candidato a alcalde por Independencia, José Hidalgo Zamora (conocido como “Guayacán” en otros tiempos), quien postula como independiente y se define militante de la Izquierda Cristiana, pero actualmente es concejal de ese mismo municipio en representación de la Concertación, específicamente como militante del PPD.

En esa misma comuna durante el proceso de inscripción, el Registro Electoral rechazó uno de los candidatos a concejal presentados por la misma Izquierda Cristiana, por su pertenencia al PPD. Cabe preguntarse, ¿cuántos casos más similares a estos existirán en otros tantos lugares?

El Comité Central de nuestro partido autorizó pactos en regiones, adecuados a variadas formas, de manera tal que el partido lleva 41 candidatos a alcaldes menos que en las municipales de 2004 (78 de 119) y al mismo tiempo, el Juntos Podemos presenta 30 candidaturas menos que en los últimos comicios (192 de 222). También se registra la inscripción como pacto de 80 candidatos que aparecen como independientes, muchos de los cuales podrían perfectamente ser casos de militantes de la Concertación bajo banderas independientes o de los partidos integrantes del Juntos Podemos, como el caso descrito en la comuna de Independencia y en Lota, donde el candidato es socialista.

Entre los municipios en que el partido no presentó candidatos a alcaldes, estáncomunas como San Fernando, que tuvo alcalde comunista; Calama, María Elena, Mejillones, Taltal, Copiapó, Vallenar, Andacollo, Combarbalá, Ovalle, Cartagena, Quintero, Viña del Mar, Curepto, Curicó, Concepción, Lebu, Alto Bío Bío, Chillán Viejo, Lebu, Santa Bárbara, Tirúa, Curacautín, Nueva Imperial, Osorno, Puerto Varas, Chonchi, Aysén, Maipú, La Florida, Cerro Navia, Curacaví, Huechuraba, La Cisterna, Melipilla, San Miguel.

Definitivamente los resultados no podrán ser buenos para el partido, con una posición tan claudicante y mendicante, porque el obsequio de espacios persigue que la Concertación les conceda a algunos de nuestros altos dirigentes, la dádiva de ocupar un escaño parlamentario, sin considerar otros múltiples “favores” al otorgarles cargos de confianza en reparticiones públicas a dirigentes del partido, como es el caso de la compañera Julia Urquieta, abogado, encargada jurídica de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM).

Pasada la efervescencia de estas elecciones, la evaluación deberá ser descarnada. No podemos permitirnos el lujo de conformarnos cuando el Comité Central nos informe oficialmente que el resultado fue un éxito para la organización. Basta con mirar las cifras mencionadas para comprender que no será así, aún si ganamos alguna de las alcaldías en que existen mayores posibilidades gracias al trabajo partidario constante entre los pobladores, al punto de que era innecesario el pacto por omisión. Peor todavía, cuando a las concesiones hechas por el partido, se suma el lamentable estado orgánico en que se encuentra prácticamente en todas partes.

Frente a estos hechos debemos permanecer organizados y firmes. Debemos persistir en el propósito de rectificar o de construir un camino colectivo que conduzca a superar las malas prácticas, el aprovechamiento y el oportunismo. Pero sobre todo, a vencer la claudicación a la que conduce al partido la actual dirección central.


Por un Partido para la clase y la Revolución

Consejo Nacional de Comités Comunistas


Octubre 2008

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los responsables de la crisis del Partido Comunista

Dos importante hechos marcan el acontecer de la vida partidaria de manera reveladora: por una parte el pacto por omisión para las próximas elecciones municipales, cuyo carácter real no sólo es muy distinto del anunciado inicialmente por la dirección del partido, sino que representa una de las mayores claudicaciones políticas de la actual conducción del partido, con resultados negativos incluso para las expectativas de acomodarse de los máximos dirigentes. El segundo componente es la reciente elección de la Central Unitaria de Trabajadores, que se volvió a realizar con los viejos métodos tan cuestionados en el congreso refundacional de la CUT, efectuado hace cinco años, uno de cuyos principales enunciados fue proclamado como la máxima conquista democrática del sindicalismo nacional, como serían las elecciones mediante voto universal, en que sufragarían los trabajadores realmente afiliados a sus sindicatos y con las cuotas al día. La reciente elección repitió las peores prácticas antidemocráticas, aceptadas e impulsadas por la propia Comisión Nacional Sindical.

¿Omisión o sumisión?

El pacto por omisión resultó un fiasco. El partido ha cedido en los hechos 151 comunas para elegir alcaldes y a cambio obtuvo la omisión de los partidos de la Concertación solamente en Pedro Aguirre Cerda o aquellas en que ya cuenta con alcalde: Tiltil, La Ligua, Diego de Almagro y Canela. No hay más, contrariamente a lo informado por la dirección central.
Vuelve a repetirse la historia de todos los pactos más recientes similares al actual, efectuados por el partido. Partidos aislados, grupos de militantes concertacionistas, o figuras individuales del oficialismo, salen nuevamente a la palestra y aplastan las aspiraciones de la dirección de los comunistas chilenos, cifradas esencialmente en la obtención de cupos municipales y posteriormente parlamentarios, que les permitan alcanzar mayores cuotas de poder y beneficios, que no contribuyen en nada a la transformación de la sociedad, a la construcción de un país auténticamente democrático. Es la ejecución de una política socialdemócrata instaurada desde hace años en nuestro partido. Ahora ya no interesa cambiar el país y construir una sociedad nueva, superior. Basta con mínimas reformas que produzcan la sensación de cambios, pero sin que cambie nada. Así se hace posible la permanencia de la dictadura de los empresarios, administrada por la concertación.
Sin embargo, la dirección del partido persiste en su determinación de orientar a la ciudadanía en general y al pueblo, a mantener el actual estado de cosas y promueve la idea de que la Concertación viene a ser el mal menor, comparada con la derecha. Cabe preguntarse, ¿cuánto se diferencia en los hechos la Concertación de la derecha, en la política que ejecuta en beneficio de los grupos económicos nacionales y transnacionales, o en las medidas económicas que azotan a los más pobres? No pocos militantes de los partidos de la Concertación hace rato concluyeron que ésta es la nueva derecha. Los 18 años de gobiernos de la Concertación han privatizado numerosos servicios públicos esenciales, como las empresas sanitarias, en circunstancias que se habían comprometido para aclarar las privatizaciones efectuadas por la dictadura e incluso anular algunas de ellas. Pero por el contrario, los grados de privatización aumentaron, no sólo dañando el patrimonio nacional, sino cancelando posibilidades de desarrollo independiente como país, al suscribir por ejemplo, el TLC con Estados Unidos, que a partir de su firma, sólo podría ser revocado mediante una reforma constitucional profunda, debido a las cláusulas de amarre que contiene, en las que nuestro país quedó legalmente atrapado.
Pero los dirigentes de nuestro partido construyen la ficción de que, con el pacto por omisión, se avanzará en la democratización del país y hacia la derrota de la exclusión. Esto último puede tener algo de cierto. Porque mediante estas negociaciones podría ser posible que más adelante, la Concertación facilite mediante diversos recursos, el arribo de un par de dirigentes del partido al parlamento, con lo que la Comisión Política considera derrotado el sistema electoral binominal. Para ello, la dirección del partido juega la partida electoral facilitando la mayor cantidad de espacios posibles a la concertación, como una forma de mostrar la buena disposición a un entendimiento Concertación-PC. Y así presenta candidatos retirables, que son formalmente inscritos y hasta insinúan una campaña, como es el caso de Manuel Hernández, candidato a alcalde por la comuna de Santiago. Su postulación es un verdadero saludo a la bandera, porque la votación del PC en la comuna está comprometida formalmente para el candidato de la Concertación, como ha sido instruido por miembros de la Comisión Política a los militantes del comunal Salvador Allende cuando se les informó que, aún cuando les doliera el estómago, deberían votar por Jaime Ravinet.
En esta ficción levantada por la camarilla que dirige al partido, se constata que en realidad las comunas cedidas no son sólo las 17 anunciadas inicialmente, pues en las negociaciones para asegurar la omisión del candidato DC en Estación Central ofrecieron llamar a la militancia a votar por candidatos concertacionistas en otras 20 comunas, en las que nunca inscribió candidatos a alcalde. Pero las cifras son más reveladoras, porque el partido no inscribió candidatos a alcaldes en 134 comunas fuera de las negociadas con el oficialismo. Entre ellas algunas emblemáticas por su historia y población popular proletaria. Tal es el caso de Calama, comuna poblada por trabajadores del cobre y actividades conexas, en donde siempre el partido marcó una importante presencia; María Elena, importante comuna de la actividad salitrera con una histórica presencia de los partidos de izquierda Pero ahora no se lleva candidato a ningún cargo municipal. Otro tanto sucede en Copiapó, un pueblo profundamente proletario con una vasta trayectoria en las luchas populares y en donde siempre la presencia y actividad del partido fue elevada. Le siguen comunas como Mejillones, Andacollo, Combarbalá, Ovalle, Alto Bío Bío, Chillán Viejo, Lebu, Santa Bárbara, Tirúa, Curacautín, Nueva Imperial, entre otras.
Otro tanto sucede con los rumores persistentes sobre la bajada de Daniel Jadue como candidato a alcalde por Recoleta, que su comando ha debido negar permanentemente, señalándolo como un gesto hacia la DC y su candidato en Estación Central. Mientras en comunas como Ñuñoa, aun cuando el denominado Juntos Podemos Más lleva a una militante humanista como candidata, la dirección ha anunciado públicamente su apoyo a la candidata concertacionista a alcaldesa, Danae Mlynarz, dejando al resto de los integrantes del JPM en una mermada situación.
Cabe preguntarse por qué no se informa a la militancia detalladamente de este cuadro y se da cuenta de las causas de no llevar candidatos en 134 comunas fuera de las negociadas con la Concertación. No se conoce si muchas de esas 134 comunas fueron entregadas como fruto de negociaciones secretas o no llevamos candidatos simplemente porque el partido ya no existe en esos lugares, lo que revelaría que el partido se encuentra en un estado orgánico catastrófico, lo que también se oculta a la militancia. Pero no debe quedar en la omisión el hecho de que el partido no presente candidatos a alcalde en el 43,8 % de las comunas del país.
Y ¿qué obtiene a cambio el partido? solamente la omisión concertacionista en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, donde la candidata a alcaldesa, compañera Claudina Núñez, ha descartado la necesidad de suscribir un pacto por omisión e incluso ha manifestado su rechazo a este pacto, por considerar que es un deber de los comunistas construir desde la base un vasto trabajo social y político, que posibilite llevar adelante las transformaciones que requiere el país, lo que se ha realizado en esa comuna por largo tiempo. En Pedro Aguirre Cerda, la mencionada candidata tiene posibilidad de ser electa sin pacto por omisión, ya que en las municipales anteriores le faltaron escasos votos para triunfar. Sin embargo, es la única comuna donde la Concertación se omitió. No hay otra comuna en el país donde esta disposición a la omisión se haya hecho efectiva de parte del oficialismo. Por el contrario, en aquellas comunas solicitadas por el partido, la Concertación ha rechazado omitirse y en todas lleva candidatos. Desde este punto de vista, el pacto por omisión es un completo fracaso. No es más que una concesión gratuita a la Concertación.

La defunción de la CUT

Las elecciones de la CUT, se realizaron del mismo modo que se condena y que se decidió cambiar en el congreso refundacional de agosto de 2003, pero que permanece como única forma de elegir a los dirigentes de la central. A saber, el voto ponderado de dirigentes que supuestamente representan a un determinado número de trabajadores, sin que se exprese soberanamente la base del movimiento sindical real. No hubo votación universal, secreta e informada como había resuelto el mencionado congreso refundacional. Es la vieja fórmula creada para preservar los cargos y con ellos las cuotas de poder de cada dirigente electo por esta vía.
Una vez más, la vieja pero eficaz maquinaria que permite a unos pocos permanecer aferrados a cuotas de poder y con ello de posibilidades de obtener privilegios y granjerías menores o medianas, acomodarse ventajosamente desde el punto de vista material y social, operó como recién aceitada.
Sin embargo, las aguas no estuvieron calmas durante la travesía. Es que al parecer, muchas conciencias comienzan a reaccionar y rebelarse contra el estilo retrógrado y gobiernero con que la actual dirección del partido intenta llevar adelante las definiciones políticas diseñadas por un pequeño grupo que vulnera incluso los acuerdos más importantes del máximo organismo de los comunistas: el Congreso Nacional.
El frente sindical del partido hace rato que viene experimentando fuertes sacudidas. Todo parece evidenciar la existencia de profundas contradicciones irreconciliables entre sus protagonistas. Es cierto que no todos actúan motivados por auténticos intereses de clase, pero lo que define el movimiento del fiel de la balanza, son finalmente estos intereses y el compromiso con ellos.
La camarilla que gobierna al partido ha cambiado, tantas veces como le ha resultado necesario, la composición de la CONASIN (Comisión Nacional Sindical), para configurar una composición obediente, que sólo opine para enriquecer las ideas y opiniones de la camarilla, pero jamás para corregirla y mucho menos criticarla en su conjunto o a algunos de sus miembros. Y ha sido a través de la CONASIN, que ha desarrollado las peores prácticas sindicales, por una parte, y por otra dispone de los “cuadros” sindicales en su mayoría como peleles. Y no puede ser de otro modo, porque hace rato la práctica de la camarilla es utilizar del modo más abundante posible a militantes sin reflexión propia que obren bajo sus directrices sin chistar, a cambio de obtener y conservar, cargos de dudoso privilegio y prestigio. En muchos casos para conservar un estipendio y grados de influencia menores.
A todos los dirigentes sindicales distintos al modelo ideal, salvo contadas excepciones como es el caso del compañero Cristián Cuevas, presidente de los trabajadores subcontratados de Codelco, los han removido de toda responsabilidad. Incluso, con el discurso de promover nuevos rostros a las directivas sindicales, intentan sistemáticamente deshacerse de los cuadros que tienen reflexión y opinión constructiva para el movimiento sindical, pero que no sirven para la política entreguista y ultra conciliadora desarrollada por la camarilla. Al compañero Cuevas no lo molestan todavía, por estar muy frescos los acontecimientos que lo proyectaron como figura emergente en el movimiento sindical. Las valerosas luchas asumidas por estos trabajadores, les han proporcionado un alto grado de prestigio, que por ahora la camarilla prefiere tratar de utilizar para enmascarar los verdaderos objetivos de la política que lleva adelante.
Es cosa de observar lo sucedido en el gremio de la Salud. Allí se acosó y removió al compañero Jorge Araya, después de que le tocara jugar un importante rol por un período prolongado y tras su público rechazo a votar por Bachelet, sacándolo incluso del Comité Central. La CONASIN persiguió y logró la sanción del compañero Carlos Castro, presidente de los trabajadores de la Posta Central. Otro tanto hizo con los comunistas del Hospital Barros Luco-Trudeau, los que debieron constituir listas, al margen de lo dispuesto por la camarilla, para proteger el trabajo sindical desarrollado por ellos a lo largo de varios años, luego de haberlo recuperado de un estado bastante deplorable.
Un antecedente reprochable, por decir lo menos, es lo ocurrido en la CEPCH, donde el compañero José Hermosilla, un peón corrupto de la camarilla, encabezó un boicot al proceso eleccionario de esa confederación a fines del año pasado, debido a que no logró acreditar de acuerdo a la ley a un grupo de delegados representativos de dos organizaciones de papel, con el respaldo de la CONASIN, respaldada por el encargado del área de trabajadores o laboral del partido, el compañero Jorge Insunza.
En esa ocasión, Hermosilla intentó pagar las cuotas de los delegados objetados por la Dirección del Trabajo, entregando cheques sin fondo, provenientes de una cuenta corriente manejada por el compañero Guillermo Salinas, cuya firma estaba en los documentos.
Frente al rechazo de los delegados y su inhabilitación para participar del proceso eleccionario, por parte de la ministro de fe de la Dirección del Trabajo, Hermosilla, junto a un grupo de personas entre las que había varios funcionarios del partido que se desempeñan como dirigentes del Comunal Salvador Allende y Regional Capital, entre otros organismos, robaron las urnas, las rompieron y golpearon a los participantes en el recinto de votación.
Después de eso, ante la persistencia de la directiva de la CEPCH, para concluir el congreso y proceso eleccionario, realizaron una elección paralela en el local de la CUT, con un notario público como ministro de fe, constituyeron otra CEPCH y acudieron a los tribunales para disputarle la legalidad a los dirigentes reconocidos antes por las autoridades y organismos del Trabajo. Hace dos meses el fallo del Tribunal Calificador de Elecciones, determinó que la directiva legítima y la CEPCH, son las que encabeza Angélica Carvallo. Frente a este revés, Hermosilla y su gente ha planteado ahora la necesidad de conversar con la parte ganadora. ¿Es este el comportamiento de los comunistas? ¿Es esta la ética de los revolucionarios? ¿Es así cómo construimos movimiento sindical los comunistas? Por supuesto que no. Así es como actúa una camarilla que no puede permitir las prácticas democráticas y la fiscalización colectiva.

Y las elecciones

Durante los recientes comicios de la CUT, la dirección del partido difundió el siguiente comunicado:
“A los militantes y amigos del Partido:
Como ya fue informado al conjunto del partido, con motivo del proceso de renovación de dirigencia en la CUT, cuatro actuales integrantes de su Consejo Directivo Nacional, los cuales fueron elegidos en esa oportunidad en su condición de militantes comunistas, optaron por presentar una lista conjunta con personeros de Fuerza Social, en un intento objetivo por impedir que la presencia del movimiento sindical comunista representados en la Lista “E” Mas Lucha, Más Unidad, triunfe en la CUT, lo que constituye un evidente e inaceptable acto de provocación.
Enfrentados a esta situación, se solicitó al cro. José Ortiz, miembro del Secretariado del C C y también del secretariado de la CONASIN, que realizara todas las gestiones que posibilitaran el desistimiento de estos cuatro dirigentes de su actuar, entendiendo que tres de ellos se agrupan bajo la denominación de Corriente Sindical Clasista, que fue el nombre dado por nosotros, P. C., a nuestra construcción sindical en un período histórico y que ese nombre perduró, con alguna organicidad, por la gestión del Cro. José Ortiz, el cual naturalmente aparece como el principal dirigente del Partido en este grupo.
Al cro. Ortiz además se le solicitó, y producto de la misma relación antes descrita, que declarara públicamente que estos cuatro dirigentes en este accionar no representan la opinión del P. C. y en consecuencia, no es la Corriente Sindical Clasista quien se presenta a la elección CUT en connivencia con Fuerza Social.
El cro. Ortiz informó que efectuadas las conversaciones con los cuatro dirigentes involucrados, ellos le plantearon que mantendrán sus candidaturas. Ante esto, se le ha reiterado al cro. José Ortiz, en más de una ocasión y en conversaciones formales con diferentes integrantes de la dirección del Partido, que dada su condición de dirigente nacional del Partido, integrante de nuestra lista Más Lucha, Más Unidad a la elección CUT y a la natural relación que se hace entre su nombre y la denominada Corriente Sindical Clasista, él debía redactar una declaración pública en la cual quedara claro su rechazo a la postura de ruptura de la unidad de acción que estas cuatro personas adoptaron. Lamentablemente el Cro. Ortiz ha rechazado esta solicitud manifestando que él no estaba en condiciones de hacer declaraciones de ningún tipo, porque no se consideraba responsable de la conducta de estos personeros.
Frente a esta situación, la C.P. ha resuelto dar inicio a un proceso de cuadros con el objetivo de delimitar las diferentes responsabilidades en la situación producida, a la vez que suspender temporalmente al cro Ortiz de su responsabilidad en el secretariado del CC, por considerar que la conducta del Cro. Ortiz en esta situación elude asumir el rol de dirección que el colectivo le demanda. El próximo Pleno de C. C. adoptará una resolución más definitiva al respecto.
Los cuatro dirigentes involucrados directamente en la conformación de una lista en alianza con Fuerza Social, se les ha suspendido de su condición de militantes comunistas, ratificando lo que su proceder ya definió.
La C.P. designó a los cros. Jorge Insunza y Juan Gajardo para comunicar esta decisión al cro. Ortiz y reiterarle que en el proceso electoral del 28 de agosto debe asumir las orientaciones de voto que resuelva la dirección del Partido.
Santiago, 23 de agosto de 2008”.
Imitando el lenguaje del nazismo alemán, la camarilla habla a nombre de todos los comunistas, pero ejerciendo las prácticas de la mafia. Los dirigentes en cuestión son compañeros que llevan largos años de trayectoria en el movimiento sindical y cuentan con una importante cuota de reconocimiento entre sus pares. ¿Qué llevó a la camarilla a intentar cambios de cuadros con tanto esmero? El no encontrar en estos compañeros la obsecuencia y complicidad ante las perniciosas prácticas llevadas a cabo por el puñado de “dirigentes sindicales” instalados por la camarilla para intentar controlar parte importante del movimiento sindical organizado en la CUT, especialmente para emplear la central y los cargos allí obtenidos, para negociar prebendas de lo que algunos de ellos llaman “alta política”, que en los hechos ha sido acceder a recursos económicos y relaciones útiles, de los que nada conoce el conjunto del partido, y que han utilizado para desmovilizar a los trabajadores, hacerlos aceptar peores condiciones laborales y utilizarlos también como moneda de cambio para lograr mezquinos resultados políticos, que nada tienen que ver con las transformaciones democráticas y mucho menos las revolucionarias que necesita el país.
¿Resultado? Separación del partido a los dirigentes Ricardo Maldonado (CONNUT), Gloria Blanco (AJUNJI) y Julio Arancibia (Confederación de la Construcción), cambio de votos para “bajar” a José Ortiz y “subir” a Guillermo Scherping y una lista oficial de componentes del directivo nacional de la CUT que aún no se hace público por las disputas pendientes al interior de los militantes comunistas. Así mismo, a pesar de la votación, Cristián Cuevas fue designado en un puesto inferior al de Jaime Gajardo, Encargado de Conflictos en vez de Secretario General, lo que aumenta la burla contra los trabajadores.

Poniendo la lápida

Como si todo esto fuese poco, los trabajadores de El Siglo han dado un nuevo golpe a quienes actúan como el peor de los empresarios en la Editorial Siglo XXI, logrando reincorporar a dos de sus socias tras poner fina su huelga de 11 meses. Como ellos informan, a Ana Muga se le aceptó su postnatal, comprometiéndose a tramitar los pagos adeudados, y a Magdalena Muñoz se le reincorporó, aun cuando se le mantiene sin trabajo, sentada en un rincón y con amenazas permanentes por parte del miembro del Comité Central René Amigo.
Paralelamente, tras una supuesta consulta a las bases del partido, la Comisión Política hizo que el Comité Central proclamara como candidato presidencial a Guillermo Teillier del Valle, aunque rápidamente adelantaron que sería bajado y que las cartas reales están entre el ex ministro Jorge Arrate y el senador Alejandro Navarro. Para que el pre-candidato presidencial recorra el país se compró un bus, en el que se trasladó a La Moneda para presentarse antes del acto en el Café Torres, con una decena de dirigentes.
Tras cada Pleno del Comité Central de estos últimos tiempos, los elegidos para informarle al partido de las resoluciones han puesto el acento en que el pacto por omisión en estas elecciones tienen como perspectiva un pacto mayor para las parlamentarias y presidenciales del próximo año, hipotecando cualquier posibilidad de construcción independiente y alternativa junto al pueblo y los trabajadores. Esto ha provocado que cada vez menos compañeros mantengan una militancia activa, como lo demuestran los grandes problemas de cada candidato para realizar una campaña relativamente digna en estas municipales, cosa que parece no preocupar a quienes dirigen hoy al partido.
Si bien el camino seguido tiende a poner una lápida definitiva a lo que fue alguna vez el Partido Comunista de Chile, olvidando el sentido de clase de Recabarren y el complemento necesario que la Rebelión Popular de Masas le daba a una organización que se denomina revolucionaria, son muchos los síntomas de que un grupo numeroso y creciente de comunistas (activos, pasivos o alejados) está dispuesto a asumir el desafío de recuperar para el pueblo y los trabajadores esta herramienta de transformaciones.
Ese es también nuestro empeño

Comité Editorial
Revista Principios
Octubre 2008