domingo, 20 de septiembre de 2009

En el Aniversario de la Patria

Luis E. Recabarren
El Trasandino, Los Andes 19/septiembre/1909


Todo un mundo de entusiamo y de alegrías se desencadena entre el pueblo en estas fechas que se llaman el aniversario de la independencia nacional. Entree la clase pobre que tambien rinde tributo y hasta el exeso en estos días, se arroja al charco de las fiestas hasta la última moneda que posee.
Nosotros que miramos las cosas dentro de la órbita de nuestra misión de periodistas y de educadores del pueblo, sentimos un profundo pesar cuando vemos a la clase trabajadora participar en una fiesta que no es la suya, y sentiralegrías por la llamada independencia nacional que ninguna libertad real ha traído al pueblo productor.
Se dice que esta fecha significa la emancipación de la opresión española que ejerció su tiranía en estos paíse sub-americanos durante tres siglos y que la revolución de 1810 dio al pueblo libertad y patria
Nosotros diferimos de este modo de pensar. Si la opresión española desapareció de esta tierra, no ha sucedido otra cosa que un cambio de opresión. La clase trabajadoravivió tres siglos sometida a la esclavitud de la tiranía española, y cuando en Chile sonó lo que se llamó la hora de la libertad y de la emancipación, esa libertad y esa emancipación que conquistó el pueblo-soldado en 1810, sólo fue para la clase burguesa y adinerada, pero en ningún caso lo fue para el pueblo que continuó siendo esclavo de la nueva clase que se erigía en gobierno en Chile.
Desde esa fecha, antes y hoy, el pueblo carece de libertades y de garantías. El pueblo no es otra que un simple paria. Hoy día, a los 99 años después de la llamada emancipación, el pueblo chileno, es decir, la masa del proletariado productor, no disfruta de mayores garantías ni libertades que aquellas que actualmente existen en la misma llamada madre patria.
Tan miserable y esclavo vive hoy el pueblo chileno como el pueblo español, Y si se quiere entre la clase trabajadora de España hay más educación, más cultura, más conciencia y más capacidad que entre la clase trabajadora de Chile.
¿Qué es, pues, lo que hemos ganado con la llamada independencia nacional?
¿Acaso el pueblo de Chile no es ametrallado, asesinado, encarcelado y perseguido cuando pretende hacer uso de sus derechos constitucionales?
La tiranía burguesa española, ¿no es idéntica a la tiranía burguesa chilena?
¿Qué es, pues, lo que el pueblo celebra en esta fecha?
El pueblo, en realidad, nada tiene que celebrar. El pueblo es arrastrado, en esta época a prestar su concurso exhibiendo durante una semana toda su desnuda miseria moral y material presentándose andrajoso o poco menos, en un lamentable estado de embriaguez que revela el grado de cultura que ha alcanzado en un siglo de vida libre e independiente durante el cual la clase escogida que nos gobierna se enorgullese, sin duda, de ser la protectora y educadora de un pueblo que no puede ser orgullo de ninguna sociedad que realmente sea culta.
En una palabra, en Chile tenemos un pueblo tan atrasado y grosero, como la misma burguesia que lo gobierna, que no se diferencia sino en el barniz de hipocresía con que se encubre.
La verdadera emancipación del pueblo no ha sonado aún, ni sonará hasta tanto el pueblo mismo se eduque, se organice y se emancipe de la tiranía burguesa y capitalista que hoy lo oprime social, política y economicamente, como lo ha oprimido toda la vida.
Pueblo: si quereis tener verdadera emancipación, rompe primero las cadenas de tus vicios, edúcate, organízate y haz la administración de tus intereses directamente y sólo entonces serás libre.

martes, 1 de septiembre de 2009

El sapo y el escorpión. Por Tito Alvarado

Antes del presente artículo, hubo dos con el mismo título. Yo me valgo del segundo para entregar este que puede ser considerado el tercero. El primero es de Theotonio Dos Santos, seguramente escrito en portugués y traducido a la rápida al español. Comienza relatándonos un chiste, que en realidad es una fábula, pues del supuesto chiste se desprende una moraleja, no confiar en promesas de enemigos. Un sapo confía en las “garantías” que le da un escorpión, con él en su espalda intenta atravesar un río, a mitad del viaje el escorpión recuerda su naturaleza y pica al sapo, el resultado es que ambos mueren, uno por confiar en quien no es su amigo natural y el otro por no traicionar su propia naturaleza. Termina con el resumen de las últimas “hazañas” del escorpion imperial. El segundo, de Eduardo Contretras, en breves párrafos, continúa con las “hazañas” del imperio hasta caer en las hazañas de los escorpiones que hay en Chile. El tercero es este que intenta, a partir de las conclusiones de sombrero de mago que saca el señor abogado Eduardo Contreras, aplicar la moraleja del chiste o fábula del sapo y el escorpión al caso chileno.

Veamos tan solamente dos párrafos del señor Contreras, él nos dice:
“Los chilenos tenemos sapos y escorpiones también en casa, desde luego el primer chupa sangre, el candidato de la derecha. Los hay también quienes quieren llevarnos “a la modernidad” sobre la base de los supuestos éxitos de los gobiernos habidos en la transición. Como si el pueblo no conociera su propia realidad y no supiera de qué se trata esto de “llegar a la modernidad”. Hay quienes proponen construir futuro “todos juntos”, pinochetistas y demócratas, torturadores y torturados, las transnacionales y los trabajadores, la izquierda y la derecha. Todos revueltos.”

Hasta aquí vamos bien y me atrevo a decir que estoy en total acuerdo. Quizá si indagamos con nombres y apellidos quienes son los sapos y quienes los escorpiones pudiéramos estar en un ligero desacuerdo, pero eso sería harina de otro costal.

Lo que si me mueve a risa y a pena es la conclusión final del señor abogado:
“Pero afortunadamente hay también luchadores de visión clara y compromiso firme. Así fue toda su vida, por ejemplo, la gran chilena que acaba de dejarnos, Matilde Ladrón de Guevara. Si las generaciones más jóvenes no conocieron la profundidad de su poesía, sí conocieron la tenacidad y fuerza con la que libró el combate por la libertad de su hija prisionera de la dictadura peruana. Y está hoy la candidatura presidencial de la izquierda chilena, la única con propuestas concretas, viables, transformadoras. La izquierda que encabeza Jorge Arrate, candidato que recorre Chile sembrando las esperanzas del tiempo nuevo.”

Para ser exactos, eso de la dictadura peruana es una pisada en falso, lo que, tratándose de un abogado defendiendo una causa, puede conducir a su cliente a un fallo en contra, en un sistema de justicia donde los de abajo debemos mostrar y demostrar de palabra, de intención y de hecho nuestra no culpabilidad. Dicho así se puede entender que el actual gobierno peruano es la dictadura que encarceló a la hija de Matilde Ladrón de Guevara, lo justo es que debiera señalar de qué dictadura habla, pues se refiere a una época concreta con un gobierno concreto, si no tiene el dato a mano, la salida pudiera ser decir una dictadura, pues en la historia de nuestros pueblos ha habido muchas y todas de sangrientos estilos. Nos habla de una luchadora incansable y lo hace en el momento en que acaba de morir, instante en que toda persona digna de un homenaje es mejor que cuando estaba viva, lo cual pudiera ser interpretado como un recurso fácil para afirmar su conclusión final y no como el verdadero y valedero homenaje y reconocimiento que Matilde merece.

Lo inaceptable es que “la gran chilena que acaba de dejarnos, Matilde Ladrón de Guevara,” sea comparada con el no gran chileno que aún no nos deja, y peor aún, la comparación es de una persona luchadora (persona concreta singular) con “la candidatura presidencial de la izquierda chilena” (figura etérea plural). Me queda la duda de si es una jugada de bocón, de persona muy habladora traicionada por sus propias palabras, si es un recurso de estilo o si es simplemente una forma de adornar algo que no es muy adornable y que, como la mona, aunque se vista de seda, siendo mona, mona queda. Por candidatura debo entender la acción de alguien de optar a un determinado puesto, y tratándose de Chile, debemos entender que esta candidatura no es posible si, en sí misma, no hay un conglomerado de gente diversa que la facilite. Para más, Contreras agrega que la candidatura es de la izquierda chilena, queriendo decirnos o intentando afirmar en nuestro cerebro la peregrina idea de que la izquierda toda es una sola y ésta, está con la candidatura de un sapo que lleva a su espalda un escorpion, la diferencia con la fábula es que este escorpión sabe nadar, sin renunciar a su naturaleza traidora y mortífera, seguirá nadando hasta la otra orilla.

Pero nuestro astuto leguleyo insiste en su intención de dejarnos en la cabeza alguna idea, a continuación dice: “la única con propuestas concretas, viables, transformadoras.” Sin duda suena bien, pero es falso y le traiciona en el revolucionario que debiera ser (entiendo que es miembro del Comité Central de Partido Comunista de Chile), a no ser que ya no sea revolucionario ni él ni su partido.

* Lo de propuestas concretas es simplemente un adorno, pues ninguna propuesta puede ser concreta en sí, es simplemente una manera de decir algo para que tenga mayor peso, las propuestas son siempre subjetivas, obedecen a posibilidades de hacerse realidad, pero no son en sí mismas una realidad, proponemos algo para decir esto queremos, así lo queremos, etc. esto indudablemente choca con los intereses de otros, que en el caso de Chile casi todos están en el poder.

Lo de viables es otro y peor adorno de retórica pura. Me pregunto si era joven allá por el 68 o si no escuchó hablar de seamos realistas, pidamos lo imposible o si no ha leído nunca esta frase. O quizá su manera de hacer política le haya impedido vincular alguna vez esta idea, de ser realista y luchar por lo imposible, al Che Guevara que la hizo suya en su vida y en su muerte. Lo que la mayoría de Chile necesita, simplemente no es viable en un régimen como el actual, entonces para que sus propuestas sean viables primero habrá que cambiar la constitución y quitarles el poder a los asesinos, a los banqueros, a los traficantes ideológicos que hoy lo detentan, Otra cosa es que en su mundo de socialdemocrata sea viable hacerle al sistema una que otra reforma para que los pobres no se mueran de hambre y trabajen mucho más y mejor, mientras la vida para los ricos transcurre en otra parte.

* Lo de transformadoras, otra palabra que no agrega mucho, pues en esencia toda acción humana es una intención de transformar lo existente. Quizá no sepa la rapidez con que el estómago humano renueva todos sus células ni que todo el cuerpo humano es otro cuerpo, aunque un poco más envejecido, en un promedio de cada diez años, esto es transformador y no lo vemos. Puede que no sepa que nadie se baña dos veces en el mismo río o quizá si lo sepa y nos quiere hacer creer que sirviendo de sapo que intenta salvar un escorpión podemos llegar a transformar la sociedad chilena en algo que no logro adivinar, pues hace rato que el partido, al cual el articulista que nos ocupa pertenece, no habla de lucha por o hacia el socalismo.


Sin embargo se mueve, dicen que dijo un condenado, que para salvar su vida se retractó de una verdad, hoy de valor universal. La frase final es de antología del lugar común o del vacío en el discurso: “ La izquierda que encabeza Jorge Arrate, candidato que recorre Chile sembrando las esperanzas del tiempo nuevo.” Al escribir la izquierda que encabeza, hace un acto de reconocimiento tácito de que existe otra izquierda: la que encabeza Navarro y otra que encabeza Vega y otra que encabeza Pamela Jiles y otra colectiva que llama activamente a votar nulo. No es un reconocimiento con nombre y apellido, es una verdad latente de que en Chile hay muchas izquierdas, tantas como egos y espíritu mesíanico o visión corta tienen algunos candidatos o como sentido de la responsabilidad social tienen otros que en este momento no figuran en el circo electoral, pero que están, lentos y seguros, aunando fuerzas y esfuerzos para saltar y/o asaltar la realidad. Despues de tantos años sembrando esperanzas del tiempo nuevo, cien, noventa, ochenta años, casi una eternidad y salvo el veranito de San Juan de La Unidad Popular, todavía seguir en lo mismo, me parece que hay que sembrar otra cosa, dejar de sembrar en las piedras o utilizar maquinaria pesada.

Si me guío por la cantidad de personas legalmente en edad de votar, tenemos cinco partidos o movimientos que no figuran en este retórico y excluyente Chile recorrido por el candidato de una “izquierda” sembrando eso intengible que no necesita ser sembrado, pues cada ser humano lo tiene en sí, salvo los que se suicidan o se resignan. Están aquellos que inscritos votan en blanco, todos los candidatos y partidos le valen hongo (1), los que votan nulo, casi lo mismo con una ligera diferencia, es todo el sistema el que merece rechazo (2), los que estando incritos no van a votar ni se molestan en justificar su inasistencia, lo cual es un rechazo total al circo (3), los que no votan pero justifican su no voto, tienen miedo a la multa o manifiestan alguna leve esperanza en el sistema (4), y los que desafiando todo, no se inscriben (5). Esta es la más amplia coalición sin líderes, son casi, casi el 50% de electorado potencial, Con esto quedamos en que recorrer Chile sin inscribir a los no inscritos, sin ganarse a los que votan nulo, blanco o no van a votar, se justifiquen o no, es que hemos dejado medio Chile fuera del juego o que hay medio Chile que no será tocado por un discurso salvador de los escorpiones que atacamos de palabra, pero llevamos a la espalda de hecho. Hay medio Chile invisible, pues estos no votantes están en todas partes y no están en ninguna.

La única manera de “sembrar esperanza” es otorgarles a la gente su codición de seres humanos con capacidad de decidir, este movimiento recién se echa a andar y no será visible hasta la próxima elección, sin sapos cargando escorpiones. Camino propio es el único camino.