viernes, 30 de abril de 2010

Por una reconstrucción total

Los efectos de la crisis económica internacional mantenían al país en una recesión cuyos alcances eran difíciles de prever, cuando se produjo el terremoto y maremoto del 27 de febrero pasado. La caída sostenida de la actividad económica, el aumento persistente de la cesantía a nivel nacional, marcada por su consolidación al borde de los dos dígitos, eran señales elocuentes del rumbo que tomaba la crisis interna.
Pero el cuadro generado por la catástrofe es la expresión acentuada de un extenso proceso derivado de otra crisis mayor. La crisis general que vive el país desde el siglo XX, entrampado en el subdesarrollo capitalista dependiente, la creciente desigualdad social, la depredación de recursos irrecuperables, el saqueo de riquezas básicas y destrucción del medio ambiente a manos del capital transnacional, manifestación palpable del vertiginoso desarrollo de las fuerzas productivas en contradicción con la distribución y goce colectivo de la riqueza producida socialmente. Situación que el proyecto encabezado por el gobierno de la Unidad Popular, liderado por Salvador Allende, intentó –entre aciertos y errores- corregir y avanzar en pos de la construcción del orden socialista, único capaz de dar solución a los conflictos mencionados.
La respuesta fue el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la crisis y dio paso a 17 años de una dictadura del sector más reaccionario del capital financiero, cuyos ejecutores administrativos fueron las FF.AA. y los grupos económicos, los cuales no sólo restauraron, sino que refundaron el orden capitalista lesionado por las reformas impulsadas durante el gobierno popular, para profundizarlo y llevarlo a su expresión neoliberal, que fue la receta internacional del capital transnacional.
Tras la crisis de los años 80, el militarismo no se pudo rehacer durante un prolongado período. La crisis económica de 1982 catalizó el descontento y rechazo a la dictadura. Irrumpió la movilización resuelta de vastos sectores populares y germinó una alianza pluriclasista antidictatorial, respaldada por una potente solidaridad internacional, representativa en su variedad, de poderosas fuerzas políticas internacionales; desde la Internacional Socialdemócrata, pasando por la Demócrata Cristiana Internacional, los países socialistas, el movimiento comunista internacional y diferentes Iglesias cristianas. La dictadura aislada internacionalmente, pero siempre de la mano del imperialismo yanqui, soportaba sobre la base de la fuerza militar y el terrorismo de estado los embates del rechazo popular y de la oposición masiva que maduraba.
La crisis amenazó con generar una situación revolucionaria, pero oportunamente se desplegó el proyecto estadounidense para evitar este curso de los acontecimientos, el que contó con la complicidad de de los sectores que negociaron tempranamente con el militarismo en la mesa ofrecida por EE.UU. Se posicionó a la Concertación como la alternativa entre dictadura o la supuesta amenaza de guerra civil, en caso de prosperar las políticas rupturistas alentadas por fuerzas como nuestro Partido Comunista con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el MIR, el MAPU con el Movimiento Juvenil Lautaro y algunos importantes sectores del Partido Socialista. El Militarismo debió ceder ante las “sugerencias” estadounidenses y replegarse en forma ordenada, pues un mayor endurecimiento en la respuesta militar contra el descontento, alejaba toda salida pactada y estimulaba la disposición creciente a romper mediante todos los recursos la institucionalidad dominante. Así se instalaron en su representación organizaciones políticas como Avanzada Nacional, Renovación Nacional o la UDI, paridas por miembros civiles -y ex uniformados- de la dictadura, encabezadas por algunos de ellos y estrechamente vinculados al gran empresariado financiero, enviando a las FF.AA. aparentemente a los cuarteles.
Sin embargo, esto último constituyó un signo simulado necesario. Nada más. Las FF.AA. durante la dictadura abierta, se habían convertido en el partido militar del régimen. Conformaron un grupo económico y se mezclaron tomando parte del botín de los saqueadores del país. Definitivamente las FF.AA. habían profundizado la fusión del poder económico con el poder militar, en la que permanecen. Es decir, las instituciones de la Defensa Nacional no han sido otra cosa que el brazo armado de la burguesía financiera ligada al imperialismo norteamericano, operadora nativa de las estrategias globales del capital transnacional.
El escenario exigía cambios que de no efectuarse, desestabilizarían el sistema y amenazaban con un levantamiento masivo que podía acarrear una salida política adversa a los intereses del militarismo y el imperio. La estabilización se alcanzó mediante la llegada de la Concertación al gobierno, tras vencer en las urnas al militarismo, en el marco de los acuerdos contraídos según la variante estadounidense de salida a la dictadura y obtuvieron 20 años de estabilidad para la prosperidad del capital. Sin embargo, los efectos de las sucesivas crisis internacionales del capitalismo, el agotamiento propio del modelo neoliberal, sumado al desgaste de la Concertación, alimentaron a su vez, el agotamiento del bloque concertacionista y propició con ello la crisis que coronó con la “derrota electoral”, que vino a ser el modo en que se produjo el relevo en el gobierno.
Con el arribo de Piñera a La Moneda, el militarismo pleno – esa alianza del capital transnacional, grupos económicos y empresarios criollos, fundidos con los altos mandos de las FF.AA.- concurre a profundizar factores esenciales del capitalismo, que le permitan disponer con prontitud de mayores cuotas de estabilidad y riqueza proyectadas al corto, mediano y largo plazo. Se produjo así, el relevo no traumático de la Concertación tras dos décadas de gobierno que agotaron sus recursos para sostener estable el sistema capitalista en su versión neoliberal. Esta vez, con un elemento de alta significación: la incorporación del viejo Partido Comunista al parlamento, otorgando mayor legitimidad al sistema de dominación administrado por el Estado y cerrando formalmente su derivación a convertirse en una organización socialdemócrata, que claudicó hace tiempo de las posiciones de ruptura levantadas a comienzo de los años ochenta.

Terremoto y crisis

Transcurridos dos meses del terremoto, con el invierno a las puertas, los dos millones de damnificados por el fenómeno no reciben la ayuda necesaria para superar la emergencia que viven y ni siquiera asoma la posibilidad de que ocurra. Todavía hay una inmensa mayoría, que no recibe nada o cuando mucho, recibieron algo hace un mes y medio.
Hasta el momento, las cifras del daño ocasionado por el terremoto y tsunami son solo aproximaciones, ni el gobierno de Bachelet ni el actual, lograron establecer datos exactos a nivel nacional, salvo en algunos ámbitos más fáciles de contabilizar, como en Salud con nueve hospitales destruidos y la pérdida de 4.000 camas, como en Educación, pero, siempre son aproximaciones. La cifra de dos millones de damnificados podría estar por debajo de la cantidad real. Otro tanto sucede con un millón y medio de viviendas dañadas, de las cuales 500.000 serían las que resultaron totalmente destruidas.
El invierno se anuncia y ya toca las zonas más australes, en tanto los damnificados no tienen resuelta en forma satisfactoria su necesidad de cobijo y cientos de miles deberán optar en algunos casos entre la intemperie y sus viviendas con daños estructurales. A lo que se suma la posibilidad cierta de que los campamentos de emergencia dotados de precarias mediaguas y servicios higiénicos compartidos se transformen casi en viviendas definitivas.
La superación de las graves secuelas producidas por el terremoto y maremoto no demandan solamente una solución económica. Los 30 mil millones de dólares en que se estima el valor del daño ocasionado por el fenómeno, además de que pudiera estar todavía por debajo del monto real de los daños, no resolverían por si solos los requerimientos en vivienda, salud, educación e infraestructura, entre otros. Como tampoco es posible hacerlo combinando los esfuerzos del aparato del Estado y la caridad de todos los signos y orígenes.
La urgencia por soluciones definitivas se convertirá en un factor volátil para la paciencia de los afectados. Si se suma lo anterior a las medidas como la reducción y eventual abolición de la indemnización por años de servicio a los trabajadores que sean despedidos y la ola de despidos en marcha, no sólo se tornará más tensa la relación entre empresarios y asalariados
Así las cosas, el país podría avanzar hacia una profunda crisis social, debido a la sumatoria de la recesión económica que se manifiesta porfiadamente y que podría adquirir nuevas expresiones producto de las oleadas generadas por la crisis económica internacional que lejos de retroceder, resurge en Europa (Grecia, España, Portugal) amenazando a todo el planeta; las medidas de flexibilización del empleo impulsadas por el gobierno sobre los trabajadores; los efectos materiales del terremoto del 27 de febrero, con acento en la destrucción de infraestructura de todo tipo, más su respectivo impacto económico, como el funcionamiento de múltiples servicios; y las secuelas para los dos millones de damnificados, que no reciben –ni recibirán- la urgente respuesta que requieren.
Una crisis social puede transformarse en pocos pasos en crisis política, con sus desafíos y posibilidades. Es un escenario factible. Y como toda crisis, puede volver a ser superada por el sistema mediante la adecuación y manejo en todos los planos, de medidas tácticas y estratégicas eficaces. Lo hace durante siglos. No obstante, en esta nueva espira de la crisis general, surge la necesidad impostergable de la intervención colectiva para solucionar los grandes problemas no sólo de los damnificados, sino también todo el proceso de reconstrucción. Hasta ahora se impone un sólo modelo de reconstrucción del país, proveniente de la administración del Estado y que busca reordenar y propiciar las mejores condiciones para el gran capital transnacional y sus aliados internos, con cargo a los trabajadores. Falta todavía, que los explotados, los marginados, las fuerzas auténticamente progresistas y los revolucionarios levantemos un proyecto social de reconstrucción que contemple mucho más allá de las medidas paliativas, caritativas y de emergencia. Los efectos del sismo y maremoto pusieron en tela de juicio a todo el aparato del Estado y del sistema. Es preciso reconstruir desde la propia institucionalidad vigente, hasta la última vivienda destruida.

Las preocupaciones de un HD

Cuando Don Luis Emilio Recabarren fue elegido Diputado de la República señaló categóricamente que no iría al Parlamento a legitimarlo sino a combatirlo. “Un representante comunista no va al Congreso a hacer política, a cooperar con los burgueses, a pedir empleos, a mendigar sueldos, o a intrigas entre pasillos” es una de las frases que dejó por escrito en abril de 1922.
Por estos días, cuando después de 37 años vuelven algunos militantes del Partido Comunista a integrar el Parlamento, más allá de cómo lo hicieron y cuanto costó en términos morales y éticos la denominada “inclusión”, uno espera que al menos se aboquen a cuestiones urgentes de solucionar para la gente que dicen representar, pero parece no ser la norma.
Claro, Hugo Gutiérrez, como abogado de Derechos Humanos fijó su primer objetivo en sacar del cargo al nuevo Director de Gendarmería designado por Piñera. Como ya es sabido, aunque Andrusco no fue procesado por el triple degollamiento de militantes comunistas, si formaba parte en ese minuto de la organización criminal llamada DICOMCAR, que funcionaba con efectivos y en dependencias de Carabineros, además de la inclusión algunos conocidos agentes como Miguel Estay Reino, el Fanta. Es decir, era parte del aparato represivo y oficial en el momento en que Manuel, Santiago y José Manuel fueron secuestrados y asesinados. Bien por la iniciativa de este nuevo Honorable Diputado, aunque me quedó un gusto amargo el viernes en el bandejón central de la Alameda pues solamente había un lienzo del Partido Socialista, ninguna bandera ni autoridad conocida del partido al que pertenecieron por años estos compañeros.
Por otro lado, podrá ser criticable como lo ha sido, pero el HD Guillermo Teillier, como presidente además de este novísimo PCCH, se instaló como parte de la gira del nuevo Presidente de la República, ese mismo que según la campaña de la segunda vuelta del sector al que representa Teillier traería de retorno la dictadura fascista. “A Piñera el pueblo chileno lo recuerda como un defensor entusiasta de Pinochet bajo cuya dictadura hizo su fortuna en base a la especulación y el desfalco”, señalaba el texto de la convocatoria a votar por Frei R-T. Bueno, al final parece que tampoco es tanta la diferencia con la Concertación y tampoco es de todos los días ser parte de una comitiva presidencial que visita América Latina, así es que puede pasar.
Sin embargo, del otro HD, el señor Lautaro Carmona Soto, no habíamos tenido noticias. Tal vez los días de readaptación a su Valparaíso de infancia lo sumergieron en la nostalgia o quien sabe en qué otras ocupaciones andaría tan alto dirigente del PCCH. Lo que nos llama profundamente la atención es que una de las primeras medidas tomadas por el HD Carmona Soto haya sido la de solicitar a la Guía Silver que se borrara de sus publicaciones al Sindicato de la Editorial Siglo XXI (El Siglo), señalando textualmente que: “El Sindicato del periódico El Siglo no existe, puesto que su conformación no fue legal”. Grave atentado a los derechos de los empresarios, por supuesto, el que se conformen sindicatos, peor aún si la empresa pertenece a un partido que dice defender los derechos de los trabajadores.
Lo que no le cuenta a los editores de la Guía Silver el HD Carmona, es que el Sindicato de Trabajadores de la Editorial Siglo XXI (El Siglo) fue constituido legalmente, ante presencia de autoridades de la Inspección del Trabajo, con la cantidad requerida de socios y sus estatutos. Tampoco que fueron ellos, los dueños del periódico y la empresa, los que intentaron desconocer a la organización señalando que su presidente no era trabajador dependiente, que iba solamente una vez a la semana a entregar artículos y no tenía horario fijo de permanencia. Extraño, para los que saben de medios de comunicación, que el editor general no deba tener permanencia continua en sus oficinas. Más extraño aún, para cientos de militantes y simpatizantes que conocían al equipo de El Siglo por muchos años, que se dijera que no eran trabajadores del periódico.
En sus maniobras llegaron hasta la Corte Suprema, con la conducción del abogado laboralista Pedro Aravena, para impedir que el Sindicato funcionara, señalando que la Dirección del Trabajo no tenía facultad de decidir quienes eran o no trabajadores dependientes de una empresa, el mismo argumento utilizado por CODELCO para desconocer a los trabajadores subcontratados. La Corte Suprema les dio la razón, no otra cosa puede esperarse de una justicia con sesgo de clase, suponemos. Pero solamente planteó que tal cosa debían resolverla los tribunales competentes, es decir la justicia laboral, por lo que los trabajadores de El Siglo tuvimos que acudir al Sexto Juzgado Laboral para demandar a la empresa. De eso ya hace dos años, con huelga de 11 meses incluida, lo que mantiene al Sindicato de la Editorial Siglo XXI con su vigencia mientras no exista un fallo que diga lo contrario, fallo que debería estar pronto a salir y que, esperamos, debiera dar la razón a quienes presentamos contundentes pruebas y sendos testimonios de nuestra dependencia como trabajadores de dicha empresa. En ese minuto esperamos una respuesta más acorde a los valores que dicen defender de parte de las autoridades del PCCH, dueños de la Editorial Siglo XXI, para terminar con este largo y lamentable proceso que ha obligado algunos de sus aun nobles militantes a dar explicaciones vergonzosas ante sus conocidos.
Por ahora, aunque le moleste al HD Carmona, el Sindicato sigue existiendo, el proceso sigue abierto en espera del primer fallo, y nuestros datos seguirán apareciendo en la Guía Silver.

Julio Oliva García
Presidente Sindicato Editorial Siglo XXI (El Siglo)

miércoles, 28 de abril de 2010

1° de Mayo: Día Internacional de los Trabajadores

“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”
José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires.


A fines del siglo XIX, Chicago era la segunda ciudad de EEUU en términos de habitantes. Confluían en la urbe campesinos y ganaderos desempleados y miles de inmigrantes provenientes de todas partes del mundo. Comenzaban a poblarse las barriadas o villas de la miseria engendrada por la explotación.
No existía hasta entonces ninguna regulación seria para la duración de la jornada de trabajo, aparte de una multa de entre 25 y 100 dólares en el caso de los maquinistas o fogoneros fuesen obligados a trabajar más de 18 horas.
Las condiciones de trabajo eran insoportables y extenuantes. Muchos obreros se levantaban a las cuatro de la madrugada, y regresaban después de las ocho de la noche de manera que jamás veían a sus mujeres y a sus hijos a la luz del día. Unos se acostaban en corredores y otros en chozas donde se hacinaban tres o cuatro familias; muchos no tenían alojamiento y se les veía juntar restos de comida en los desperdicios, o comprar a los carniceros, algunos centímetros de recortes de carne. En Chicago, las condiciones de vida de los trabajadores eran mucho peores que en otras ciudades del país.
Si bien las demandas por limitar la jornada de trabajo a 8 horas se remontaban en EEUU a 1929 y en 1886, diecinueve estados comenzaron a aprobar leyes que permitían trabajar jornadas máximas entre ocho y diez horas, siempre existían subterfugios con cláusulas que les daban a los capitalistas el derecho de hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas.
En estas circunstancias el Cuarto Congreso de la Federación Estadounidense del Trabajo (American Federation of Labor), de tendencia socialista, realizado el 17 de octubre de 1884, resolvió que desde el 1° de Mayo de 1886, la jornada de trabajo no debía exceder de 8 horas y que de no aprobarse esta reivindicación, inmediatamente se convocaría a una huelga general.
El 1° de Mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras otros 200.000 obtenían la reivindicación con la sola amenaza de paro. Después del éxito de esta convocatoria las movilizaciones y manifestaciones obreras continuarían hasta el 4 de Mayo.
La burguesía no se cruzó de brazos y aliada con la policía oficial y los policías privados a sueldo de los patrones, comenzó el hostigamiento y provocación a los trabajadores movilizados. El día 3 de mayo la policía disparó a quemarropa sobre una manifestación frente a la Fábrica McCormik, en huelga desde el 16 de febrero, provocando la muerte de 6 personas y dejando decenas de heridos.
Como respuesta a la cruel y sangrienta represión se convocó a una manifestación para el día siguiente, 4 de Mayo en la plaza Haymarket, que llegó a contar cerca de 120.000 participantes.
Al finalizar el acto 180 policías uniformados avanzaron contra la multitud que se dispersaba hasta que, de pronto, un artefacto explosivo estalló entre los policías provocando la muerte de uno de ellos y algunos heridos. De inmediato estos abrieron fuego contra los trabajadores causando un número indeterminado de muertos y heridos entre la muchedumbre. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda, deteniendo a centenares de trabajadores y dirigentes que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.
La Prensa al servicio de la burguesía y confabulada con la policía, titulaba los periódicos de esta forma "Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los grupos anarquistas."
Una persecución feroz contra el movimiento sindical y los dirigentes obreros culminó con un escandaloso proceso en el que se violaron todas las normas procesales de forma y de fondo, de tal manera que el mismo ha llegado a ser calificado de farsa judicial. Los 8 dirigentes que resultaron finalmente juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión perpetua y cinco a la horca.
Todos ellos serán conocidos para la posteridad como “Los Mártires de Chicago”, y sus nombres deben recordarles a todos los trabajadores del mundo que la lucha contra la explotación tiene un alcance universal y que la crueldad de los explotadores no tiene límites. A todos ellos nuestra gratitud y respeto:
Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo. Ejecutado el 11 de noviembre de 1887.
Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista. Ejecutado el 11 de noviembre de 1887.
Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista. Ejecutado el 11 de noviembre de 1887.
Hessois Auguste Spies, alemán, 31 años, periodista. Ejecutado el 11 de noviembre de 1887.
Louis Linng, alemán, 22 años, carpintero. Se suicidó en su propia celda.
Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil. Condenado a cadena perpetua.
Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
Michael Swabb, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua.
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros.
El éxito en la consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, al punto que el propio Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 del Manifiesto del Partido Comunista dice:
“Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejercito, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrara a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. !Oh, si Marx es tuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!”.
En Chile, la primera celebración del 1° de Mayo data de 1892 en Valparaíso. A partir de 1898 hasta 1905 se realizan en esta fecha mítines y desfiles de conmemoración en diferentes ciudades del país, los que van creciendo en importancia y convocatoria.
Al año siguiente, el 1° de mayo adquiere relevancia extraordinaria. Luis Emilio Recabarren se dirige a más de diez mil obreros en una gran concentración en Santiago. Por otra parte, miles de trabajadores paralizan sus labores en Viña del Mar y Valparaíso para concurrir a la manifestación convocada por la Conferencia Mancomunal de Trabajadores de Chile, y en Iquique, 1.500 personas asiste al mitin convocado por el Partido Demócrata para conmemorar por primera vez en esta ciudad el Día Internacional de los Trabajadores.
El año 1907 marca un hito en la celebración del primero de mayo en el Chile de esos años. 30.000 personas participaron en el mitin convocado por la Mancomunal de Obreros y la Federación de Trabajadores de Chile. La presencia del crucero “Esmeralda” en el puerto de Iquique no es suficiente para cohibir a los trabajadores, que dejan sus labores para acudir a la conmemoración del primero de mayo en las calles. Se celebraron mítines en Tacna, Tocopilla, Antofagasta, Taltal, Concepción y Valdivia, y en Valparaíso, miles de personas acudieron al acto organizado por Confederación Mancomunal y por las Ligas de Resistencia.
Por primera vez se conmemoraba el Día Internacional de los Trabajadores en todo el país con un entusiasmo extraordinario. El proletariado chileno estrechaba los lazos de sus organizaciones y acudía masivamente a su convocatoria con una conciencia de clase y un sentido de unidad inéditos.
Durante la mayor parte del siglo XX, sobre todo después del triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia, las celebraciones del primero de mayo adquirieron un relieve y una importancia aun mayores. El Día Internacional de los Trabajadores y gesta conmemorativa de los Mártires de Chicago constituyó una fecha cardinal en el calendario de los trabajadores y de los revolucionarios de todo el mundo. Como no recordar que, coincidentemente, el Primero de Mayo de 1945, los soldados del primer estado de obreros y campesinos del mundo, entraron en Berlín, para asestarle el golpe mortal y definitivo a la maquinaria militar nazi-fascista, durante la Segunda Guerra Mundial.
El 1° de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, el día de la conmemoración de la inmolación de los Mártires de Chicago, es un día de movilización y de lucha para los trabajadores de todo el mundo. Es el día que nos recuerda la unidad de nuestros intereses y nuestra identidad como clase, pero también es el día que nos recuerda que esa identidad descansa esencialmente en el conflicto insoluble e irreconciliable con la explotación del hombre por el hombre y con la depredación irracional de la naturaleza que lleva a cabo el poder del capital.
Desde las últimas décadas de siglo pasado, la corriente más delirante y extremista del imperialismo contemporáneo lleva a cabo una ofensiva global contra los intereses de los trabajadores y los pueblos del mundo. La ideología neoliberal predominante no ha conocido límites para reducir a la nada las conquistas sociales y los avances democráticos que los trabajadores y los pueblos habían logrado hasta entonces. Lo ha hecho mediante la sedición, los golpes de estado, las guerras, la injerencia y la intervención militar directa, las masacres, la tortura y el asesinato selectivo, la coacción y los bloqueos económicos, mediante el imperio mediático de los medios masivos de desinformación y manipulación de masas y mediante la imposición de un orden mundial injusto que se basa en la súper explotación de millones de trabajadores en todo el mundo y en la depredación acelerada del medio ambiente.
El espectáculo indecente de la extravagante opulencia de una minoría de privilegiados frente a la miseria de millones de hombres, mujeres y niños que apenas tienen lo indispensable para subsistir en las más humillantes condiciones, las agudas crisis económicas que privan de sus fuentes de trabajo y sustento a millones de seres humanos, los interminables conflictos militares y guerras que siegan miles de valiosas vidas humanas cada año, y la irracional depredación capitalista de la naturaleza, entre otras calamidades, son el fruto repugnante de la contrarrevolución neoliberal, que solo puede ser combatida y derrotada por la unidad de todos los oprimidos y explotados bajo la conducción de la clase trabajadora, cuyo día conmemoramos cada 1° de Mayo.

¡Por una reconstrucción popular y solidaria!
¡Por un sindicalismo combativo y clasista!
¡Viva el Primero de Mayo!
¡Vivan los Trabajadores!

Consejo Nacional de Comités Comunistas de Chile.
1° de Mayo de 2010

Lenin: 140 años de vida y vigencia

El 22 de abril de 1870 nace en Simbirsk, a orillas del Volga, Vladimir, el cuarto hijo de Ilia Ulianov y Maria Alexandrovna Blank. Temprano, la vida de Vladimir hubo de confrontarse dramáticamente con la autocracia zarista que entonces regía los destinos de Rusia. Su hermano Alexander, apresado y acusado de atentar contra la vida del Zar Alejandro III el 1 de marzo de 1887, fue ahorcado junto a otros jóvenes radicales anarquistas.
Excelente estudiante desde su más tierna infancia, Vladimir termina, el mismo año de la muerte de su hermano, sus estudios en el liceo de Simbirsk con medalla de oro. En junio ingresa a la facultad de Derecho de la Universidad de Kazán.
Obtiene su diploma de derecho en 1892, después de haber sufrido como estudiante la detención y la deportación y de haber entrado en contacto y participar activamente en círculos revolucionarios de orientación marxista.
Vladimir Ilitch Ulianov atraviesa la historia de nuestra civilización con el nombre de Lenin, apodo utilizado por él en la clandestinidad.
Lenin se convirtió en el adalid teórico, ideológico y político del pensamiento revolucionario de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Profundo conocedor de las obras de Marx y de Engels, se actualizaba constantemente en la confrontación política y social de las clases oprimidas por el capitalismo contra la burguesía pujante de la época y en la confrontación ideológica con sus representantes.
Fue capaz de triunfar sobre las tendencias reformistas y oportunistas en las corrientes marxistas de su tiempo, poniendo en el centro la necesidad de luchar clara y abiertamente por la hegemonía y el poder político de los trabajadores, en particular de la clase obrera, en el combate contra la dominación capitalista.
A contrapelo de las predicciones ortodoxas de la teoría de Marx, fundó el primer estado socialista de trabajadores y campesinos en un país de desarrollo capitalista atrasado: La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Lenin dirigió durante 4 años al primer estado de Obreros y Campesinos en la historia de la Humanidad, que durante una cruenta Guerra Civil venció a la contrarrevolución armada y a la intervención militar de 14 potencias capitalistas que pretendían aplastar la Revolución y al naciente estado proletario.
No hubo prácticamente ámbito de la realidad de su contexto histórico que Lenin no abordara. La política, la filosofía, la lucha social e incluso la ciencia recibieron el aporte relevante de su genio y tenacidad, completamente al servicio de la causa de los trabajadores que entendía, la causa de toda la humanidad.
La desaparición de la URSS a finales del siglo XX, provocó la euforia de los imperialistas. Con el fin del estado fundado por Lenin, también debería desaparecer Lenin mismo y sobre todo su legado.
Las cruentas guerras con que las principales potencias capitalistas siguen desangrando al mundo, las desastrosas consecuencias ambientales de la depredación capitalista de la naturaleza, las sucesivas e interminables crisis económicas globales que azotan con la miseria, la explotación y el desempleo a los pueblos y que siempre terminan pagando los trabajadores, no hacen sino confirmar la perspectiva estratégica de Lenin de que la época imperialista significaba la apertura de un proceso histórico en el cual el capitalismo agudizaba sus contradicciones, mostraba sus tendencias reaccionarias a la guerra e imponía sufrimientos inauditos a las masas.
Hoy el legado de Lenin tiene una vigencia absoluta. No existe la posibilidad de un capitalismo “humanizado” y no es posible derrotar el poder del capital y la explotación en el marco de la conciliación de clases preconizada por las actuales corrientes “neoreformistas”. Solo una alianza lo más amplia posible de todas las clases y sectores oprimidos y hegemonizada por la clase trabajadora puede acabar con el poder de los capitalistas e iniciar un proceso de profundas transformaciones políticas económicas y sociales para la construcción de una sociedad nueva.
Es necesario entender y aplicar en la práctica lo central en el inmenso aporte de Lenin a la teoría revolucionaria: el carácter decisivo del factor subjetivo en la historia, mediante la supremacía de la lucha política sobre el economicismo y la lucha de clases por sobre la economía política.
Los intereses de la clase trabajadora son cardinalmente e irremediablemente opuestos a los intereses de la gran burguesía capitalista y eso es lo que determina el rol de liderazgo que esta clase debe asumir para conducir la lucha emancipadora de todos los sectores o capas sociales que sufren y soportan la dominación explotadora del capital.
Hoy, a 140 años de su nacimiento, Lenin vive. Su espíritu revolucionario y su visión acertada de la realidad campean donde quiera que se combate al capitalismo y al imperialismo, su engendro directo. Su legado late en cada combate que los trabajadores despliegan con la conciencia de su de fuerza y de su liderazgo y en la conciencia de su deber como clase conductora de todos los oprimidos de la sociedad.


Consejo Nacional de Comités Comunistas de Chile
Santiago, 22 de Abril de 2010

lunes, 12 de abril de 2010

¡Basta ya!

La solidaridad después del terremoto, en sus primeros días, parecía ausente en la mayoría de los chilenos, el primer lunes después de la tragedia, en muchos centros de trabajo la jornada transcurrió como cualquier día laboral, la frialdad con que muchos miraban el sufrimiento ajeno solo podría ser síntoma de una sociedad en proceso de descomposición moral, tuvieron que pasar demasiadas horas para que solo con el anuncio de la teletón, este pueblo comenzara a movilizarse en ayuda de sus compatriotas, pero nuevamente, como en tantas otras ocasiones, una actividad que debía mantener un espíritu noble y limpio, lo trasformaron en un espectáculo farandulero, ensuciando con ello a los miles y millones de Chilenos que hicieron su aporte calladamente, sin aspavientos de ningún tipo.
Nuestro país sufre culturalmente la influencia de la ideología de los dueños del gran capital, donde la competencia, la envidia, el deseo de consumir a cualquier precio lo es todo. Los desastrosos contenidos educativos en donde las artes y la cultura ya no existen en la gran mayoría de las escuelas, sumando a esto, los antivalores con que nos bombardean a diario por la televisión, han hecho de muchos chilenos, seres individualistas, que ven el futuro con pesimismo y temor. En nuestra patria la cultura del “no estoy ni ahí” fue instalada desde los comienzos de la dictadura a sangre y fuego, reimpulsada por los gobiernos de la concertación a través de los medios de comunicación. Se trata ni más ni menos, de 37 años de incesante bombardeo, en un intento de degradar a nuestro pueblo. Ante este escenario, nuevamente como el ave fénix, surge redentora, nuestra gloriosa clase obrera, rompiendo con la claudicación, con el derrotismo, con la traición y la mentira, para erguirse en la vanguardia de nuestro pueblo, decenas de trabajadores, pertenecientes a los sindicatos de la zona del terremoto, liderados por el combativo Siteco y Agrosuper, han sacrificado sus horas de descanso para ir en ayuda de los pobladores de la VI Región, ayudando a demoler y a levantar nuevas viviendas, a trabajar con los niños, a recolectar alimentos y ropa, en fin a practicar verdaderamente la solidaridad de clase.
Mientras el país se debatía bajo los efectos del desastre, la derecha nos daba otro triste espectáculo, muestra de la suciedad y la podredumbre de los poderosos; Aprovechando el terremoto, pretendió darle el golpe de gracia a la derrotada Concertación, los personeros de derecha exigían la declaración de estado de sitio en las zonas afectadas, lo que dejaría con toda la autoridad a los militares, por sobre las autoridades civiles, junto con esto, soterradamente presionaban al gobierno, para que abandonara el poder anticipadamente y asumiera Piñera, dejando con esto a la Concertación tan desprestigiada, que no pudiera volver a ser un contendiente serio por mucho tiempo, asegurando con esto, la continuidad de la derecha, en las próximas elecciones.
Es decir la tragedia fue aprovechada para la realización de un golpe militar encubierto, ¿quien se atreve a cuestionar la presencia de la soldadesca en la calle? Por supuesto que ningún partido burgués o seudo revolucionario tiene el valor para hacerlo, pero nuestro deber hoy es el de denunciar, denunciar y organizar. ¿Qué pasara hoy con el heroico pueblo mapuche?, ¿qué pasara con las relaciones internacionales, puntualmente con Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador?¿qué relación tendrá Chile con el criminal de Uribe?. En una entrevista a Piñera en el mercurio del día sábado 13 de marzo, no dudó en afirmar lo siguiente: “Quiero decirlo meridianamente claro, que en la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo, los que creemos en la libertad, en la democracia y en la paz no podemos mas que tomar cuartel y tomar posición”. En chile, el poder se encuentra en manos una bestia sedienta de ambición, la cual muy gustosa, dispondrá de nuestra juventud y economía en aventuras imperialistas. Por si fuera coincidencia, hoy el imperialismo mundial esta preocupado , la crisis financiera es solo el comienzo de una serie de convulsiones internacionales derivadas de la sobre producción y el alto endeudamiento de la población mundial y la incapacidad de la creación de nuevos mercados, de ahí que podemos afirmar que la asunción de Piñera al poder no es una casualidad, si no una necesidad del mercado para garantizar la estabilidad política en la región, aquí la concertación jugo su papel, la concertación y sus lacayos enquistados en los sindicatos y organismos sociales como por supuesto aquel partido que se decía ser el partido comunista de chile y hoy hasta piensa en cambiar su nombre, todos son cómplices de tener al fascismo en el poder, este es el resultado de las políticas de los acuerdos, de gobernar con la derecha que es sinónimo de gobernar para la derecha , por que en política no existen términos medios o se confluye en un proceso revolucionario o el fascismo cosecha de su siembra. De esta forma funciona el capitalismo y su seudodemocracia, de echo los que se hacían llamar vanguardia revolucionaria en estos 20 años no sembraron nada, en 20 años no a habido ninguna movilización en donde algún partido revolucionario haya tensado y volcado toda su capacidad en algún esfuerzo por llevar a cabo un proceso de acumulación de fuerza o organización ascendente con el objetivo de la toma del poder o por ultimo de golpear la mesa.
Este es el verdadero rostro del capitalismo tan salvaje y decadente como lo fue en su época el feudalismo y la colonia, en donde hombres y mujeres lucharon sin descanso, lucharon un día, lucharon años, lucharon toda la vida para que sus pueblos se liberaran de esas raíces viejas que detienen la historia y progreso de la humanidad, raíces que solo fueron destruidas bajo un proceso y un régimen revolucionario que fundo nuevas sociedades, las cuales estaban colmadas de nuevos modos de producción, los viejos regimenes quedaron impotente ante las necesidad de la nueva época, hoy bajo otras circunstancias el mundo y Chile se encuentra ante la disyuntiva de la barbarie o vida, nosotros a la vida y progreso le llamamos Socialismo.
Tenemos grandes tareas por delante que nos exigirán al máximo. Esto es la punta del iceberg, La patria sigue encarcelada y nuestro deber es liberarla. Debemos ser los continuadores de la gesta de Arauco, de la independencia, recojamos el legado de nuestros héroes del presente y del pasado, hombres y mujeres que lucharon contra enemigos monstruosos, la historia de Chile esta colmada de hermosa entrega, nuestro presente se debe a ellos, temple de verdaderos patriotas, por ellos, por nuestros hijos hoy nos queda un solo derecho: el derecho a la rebelión.

Comité Ejecutivo de los Consejos Comunistas

TODAS INSURRECTAS

A Camille Vardelle, resistiendo la violación patriarcal

En el medioevo los médicos y maestros de los gremios expulsaron a las mujeres del trabajo, el avance de la modernidad y sus capitales las retomó. Unos y otros las abusaron. Ellas siempre se rebelaron de manera autónoma, el 8 de marzo es una prueba más…

Siempre hemos estado en la lucha social y política, los 365 días del año y desde hace 25 siglos de Patriarcado -en comparación con unos 40 anteriores en que el patriarcado no fue globalizado y hubo algunas sociedades matrilineales y matrilocales- (1).

De beguinas a mano de obra barata
En la Europa medieval las beguinas, eran comunidades de mujeres solas, escapando de maridos agresores, rechazadas, niñas huyendo de casamientos pedófilos... Se unieron, vivieron juntas. No eran monjas. Se dedicaban a los textiles, la mueblería, la fabricación de alimentos, la medicina y otros oficios para sustentarse, pero cuando los gremios de artesanos se institucionalizaron, prohibieron a las mujeres ejercer oficios. Las beguinas finalmente fueron aniquiladas por la Santa Inquisición que las quemó en sus hogueras, donde se estima en 100 mil el número de víctimas, el 90%, mujeres(2). Ese “santo genocidio” fue contra la resistencia abierta de mujeres populares.

Dicen que entre los siglos 17 y 18 renace el mundo occidental, pero sólo para los hombres blancos. La Revolución Francesa guillotina a una revolucionaria por exigir derechos iguales y prohíbe los clubes de mujeres (3). En el siglo 19 la Comuna de París con feministas anarquistas entre sus líderes (4) es el respiro de un mes. El capital sigue su marcha y decide que necesita mano de obra más barata que la barata: mujeres, niñas y niños.

Marzo 1905: Huelga contra el acoso sexual
Uno de los fenómenos más específicos que viven las obreras es el acoso sexual, especialmente de capataces y patrones. En 1905, en Limoges (Francia), en el taller de pintura del empresario de porcelana, Haviland(5), las obreras denuncian a un capataz que les abusa, el patrón no quiere oír y ellas el 28 de marzo declaran la huelga, otros talleres adhieren. El 17 de abril, la patronal envía soldados que les disparan dejando varias heridas y asesinando a Camille Vardelle.
Creemos que si hubiera sido un varón el asesinado de seguro alguna cantata lo mencionaría, pero a Camille y a sus compañeras poco se las conoce.

Ni pasivas, ni reemplazos…
“Mujer, con fuego y con valor, ya estás aquí junto al trabajador” (6)… combativa oda, pero ignorante de que las mujeres que dieron origen al marzo revolucionario, estaban ya hacía unos siglos en la lucha, y como trabajadoras: obreras, socialistas y feministas.
Según el grupo de Historia de las Mujeres, de San Francisco -Women´s History Group- en noviembre de 1908, en Nueva York, 20 mil trabajadoras de la confección hicieron una huelga de 13 semanas. Hubo despidos y detenciones, pero consiguieron aumento de salario, reducción de la jornada laboral y derecho a sindicarse. Por eso, el 8 de Marzo de 1909 habrían celebrado en la calle y con ellas habrían participado sufragistas y feministas. Al año siguiente, 1910, en Copenhague, en el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin y Kathy Duncker proponen el 8 de marzo como el día de las trabajadoras.

“¡Tened cuidado de las mujeres!”
Se cree que antes de 1911, el Día de la Mujer se festejaba en fechas distintas, pero siempre en marzo. Según la historiadora Ana Isabel Álvarez, las socialistas estadounidenses lo habrían celebrado desde 1908 para reivindicar el derecho a voto. Por otra parte, desde 1911, se comenzó a celebrar en Europa -Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza-, donde las mujeres exigían fin a la discriminación salarial, derecho a la formación profesional y a ejercer cargos públicos.

Para entender el carácter revolucionario del mes de marzo podemos remontarnos incluso al 9 de marzo de 1883, al mitin organizado por el sindicato de carpinteros donde Louise Michel, líder feminista y anarquista de la Comuna de París, improvisó con una falda negra atada al palo de una escoba la bandera anarca. Louise escribió: ¡Tened cuidado de las mujeres cuando se cansen de todo lo que las rodea y se levanten contra el viejo mundo… Aquel día un nuevo mundo comenzará!"(7).

De quema de brujas a quema de obreras
Mucho se habla de más de cien obreras textiles que murieron calcinadas en la Triangle Shirt Wais Company, en Nueva York. Se dice que la mayoría eran inmigrantes entre los 17 y 24 años. La fecha en que se ubica ese día fatal, varía, se habla del 8 de marzo de 1857, del 8 de marzo de 1908, del 25 de marzo de 1911 y del 27 de septiembre de 1909.
La historiadora norteamericana Mari Jo Buhle investigó ese crimen patronal y habla del 25 de marzo de 1911, día en que habrían muerto las mismas obreras que el año anterior habían protagonizado en EE.UU., la primera huelga exclusivamente de mujeres.

Rusas iniciaron la revolución
Las Naciones Unidas, que tratan de reciclar cada lucha que no pueden parar, recién en 1974 decretaron el Año Internacional de la Mujer y aprovecharon de “bendecir” el 8 de marzo. Pero no sólo eso, también se ocuparon de dar una versión que negó a las rusas feministas marxistas… En el año 1917 las rusas se amotinaron dando inicio al proceso insurreccional que conduciría ese mismo año a la revolución de octubre. Las revolucionarias salieron a las calles “desobedeciendo” a los hombres, un 8 de marzo -en nuestro calendario, pero un 23 de febrero en el calendario ruso-. Esas mujeres que luego elaboraron la legislación para las mujeres y exigieron la socialización del trabajo doméstico -que los soviet jamás cumplieron- dieron una fuerza mayor al marzo de las insurrectas del mundo. Alexandra Kollontai, feminista socialista, lo defendió ante sus compañeros que no querían un día de las mujeres(8). Es lamentable constatar que no sólo las instituciones de la burguesía como las N.U., si no nuestros compañeros, nos han negado más de tres veces.

En $hile 2010, salimos de las brasas y caímos en la hoguera –de la Concertación a Piñera-… ¿No será ya el momento de que varones y mujeres de movimientos sociales tan profundamente masculinos, pongan oído a las costureras feministas chilenas de 1908, totalmente vigentes?: “…Vosotros revolucionarios… ¿cómo no habéis pensado en que toda libertad será un fantasma mientras viva en esclavitud la mitad del género humano?"(9).

VICTORIA ALDUNATE MORALES, Memoria Feminista, feministas autónomas

1. SANAHUJA YLL, Mª ENCARNA. La cotidianidad en la prehistoria. La Vida y su sostenimiento. Ed. Icaria Antrazyt, Barcelona, España 2007.
2 y 5. MICHELE PERROT. Mi historia de las mujeres. Fondo de Cultura Económica 2008, Buenos Aires.
3. LINDA, KELLY. Las mujeres de la revolución francesa. Ed. B Argentina, Buenos Aires 2004.
6. “El pueblo unido” de Sergio Ortega.
4 y7. NIC MACLECLELL, COLECCIÓN “VIDAS REBELDES”. Louise Michel. Ed. Ocean Sur. Argentina 2006.
8. ALEJANDRA KOLLONTAI. El Día de la Mujer, escrito en 1913. Marxists Internet Archive, mayo de 2002.
9."La Palanca", 1 de mayo de 1908, Revista Mensual de la Asociación de Costureras, Chile.


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"La pequeñez separa, el aliento une, seamos amplias y grandes. No subestimemos cosas vitales por el sinfín de nimiedades que nos confrontan. Una verdadera concepción de la relación de los sexos no admitirá conquistadas y conquistadores, sólo sabe de una cosa: brindarse ilimitadamente para encontrase a sí misma más rica, más profunda. Sólo eso llenará el vacío y transformará la tragedia de la emancipación en alegría- ilimitada alegría.-".
Emma Goldmann

Terremoto en $hile: dolor de la gente de la tierra

Cuando tantas personas, abierta o solapadamente, rasgan vestiduras porque “los pobres” no son como ellas esperan que sean, porque saquean como la “gente decente jamás haría”… porque no tienen “valores”, porque los pobres y las empobrecidas deben seguir un modelo de pobreza complaciente con quienes les juzgan…
…Bueno en momentos como estos, prisioneros políticos mapuche, encarcelados por el gobierno concertacionista de Bachelet, calificados por la concertación de “delincuentes” por no responder a su política winka, en la cárcel de Angol y junto a comunidades mapuche de Temucuicui –Autónoma-, agrupadas en el Parlamento de Comunidades Autónomas de Mállelo y la Comunidad de Ranquilco, estarán realizando un Guillaimawun, es decir, una rogativa a la mapu para calmar su dolor y por ende el dolor de la gente*.
“Mala hierba”
Porque somos gente de la tierra, de la mapu. Ni sures ni nortes, ni fronteras ni patrias. Y el dolor no es cuestión de pasaportes ni territorios. Justamente por eso los pueblos de Bolivia hacen una campaña llamada “Chile y Haití necesitan de ti”, aunque este pueblo hoy enfrenta también algunas catástrofes, inundaciones, cientos de hermanos y hermanas damnificadas.
Y es que la pachamama –la mapu- sí está iracunda. Y también es cierto que razones le sobran. La tierra está viva y no es que sea un Dios castigador. Claro está que quienes tienen esa cultura católica metida en el cuerpo, -por más que renieguen- leen “castigos” por doquier, probablemente porque no pueden ver desde otro lado… o no quieren… ¡vaya a saber una, qué les pasará! La cuestión es que la tierra es un ser, y somos de ella, no ella de nosotras.
Es como la kiwicha –amaranto- a la soya. La destruye. Y no sólo los agricultores norteamericanos –que también son gente- sufren las consecuencias. No sólo los que tiran herbicidas o los que producen transgénicos, también bastantes personas que viven del comercio de la soya. Pero la kiwicha es “mala hierba”, no deja vivir a la soya. Eso es pachamama, mapu, iracunda. El clima cambia, el eje de la tierra se mueve, los días se acortan… Dañan a la mapu y le duele, y se resiste y se rebela –como nosotras- y nosotras en ella. Me gustan las “malas hierbas”, siempre he estado de su lado.