jueves, 9 de abril de 2009

Editorial: Crisis, organización y lucha

Los alcances de la actual crisis económica planetaria todavía son imprevisibles. Pero lo que se sabe con certeza hasta ahora es que se trata de la mayor debacle del capitalismo y lo que si es seguro, es que aumentarán los efectos que ya golpean a los trabajadores y en general los sectores pobres y capas medias. Cesantía, disminución de los salarios, pérdida del poder adquisitivo, recortes en los servicios públicos indispensables, serán las secuelas inevitables de esta crisis que no provocaron los que viven de un sueldo o de pequeñas y microempresas. Se sabe quienes la provocaron, como se sabe también que estas crisis forman parte del ADN del sistema capitalista. Se sabe por cierto, que en el marco de esta crisis se harán más evidentes las injusticias sociales.
Corresponde pensar en la forma de enfrentar las consecuencias que acarreará la catástrofe. Es necesario tener en cuenta lo que podrá ocurrir cuando la falta de recursos y fuentes laborales agudice los efectos de la miseria. Es urgente que los trabajadores, pobladores, campesinos, estudiantes, mujeres y hombres, preparen sus organizaciones ya existentes, para afrontar el escenario que ya comienza a configurarse. Es urgente que se organicen con prontitud todos aquellos que no lo están. Habrá que enfrentar los efectos de la crisis asociados y muy activamente, pues habrá que defender las fuentes laborales y el precio de los salarios. Probablemente haya que desarrollar formas colectivas de abastecimiento de víveres y otras mercaderías. Habrá que defenderse de los cobros excesivos de las empresas suministradoras de energía eléctrica, servicios telefónicos, agua potable y alcantarillados.
La nueva realidad obliga además, a tomar conciencia de los cambios indispensables que se debe impulsar en nuestra sociedad, para convertirla en una capaz de emprender un camino de desarrollo económico que la aleje de la estructura capitalista que ha generado 16 crisis a nivel internacional en los últimos 38 años, cada una de ellas con diversas secuelas de mayor o menor gravedad, pero siempre azotando principalmente a los mismos trabajadores y trabajadoras y de las que nuestro país jamás quedado exento.
Enfrentar esta crisis con niveles de organización superiores y en pie de luchar por derechos que se verán amenazados y vulnerados, debería conducir a formas más elevadas de organización y movilización social, que permitan rescatar fuentes de empleo y crear nuevas, mediante la intervención directa de los trabajadores en la gestión. Es posible pensar que el colapso de la economía provocará la quiebra y cierre de numerosas empresas. Frente a ello habría que concebir una estrategia que considere cada empresa cerrada, como una empresa a ser tomada por sus trabajadores u otros de la misma actividad, para volverla a poner en funciones con aporte de los dineros de todos: los recursos del Estado. Habrá que pensar de manera creativa y colectivamente, las formas que deberían adquirir las medidas que adopte el movimiento popular para enfrentar, atenuar y superar los efectos de la crisis.
Se avecina el paro nacional convocado por la CUT para el 16 de abril. En él las autoridades y los empresarios verán si los trabajadores organizados cuentan o no con la capacidad y disposición suficientes para contener el embate de las medidas con las que se pretende hacer que paguen la crisis. Quienes se identifican como antineoliberales debieran potenciar esa movilización. Debe ser un paro que más allá de los recuentos que haga la CUT o las autoridades, arroje como resultado el establecimiento de acciones coordinadas a nivel de todo el país, entre los trabajadores y otros sectores de la comunidad nacional. El esfuerzo debe orientarse a que la paralización sea lo más efectiva posible, pero sobre todo, que permita coordinación real entre miles de ciudadanos organizados y de ahí en más, que posibilite que se sigan organizando y organizar a más y más personas y por sobre todo, ponerlas en pie de lucha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ustedes son anticomunistas o trabajan para la cia, pura mierda tiran y no hacen nada, asi no se construye

Anónimo dijo...

¿Este será un tontito o tontita que piensa que esos cuadrazos del Comité Central son casi dioses de la revolución y por tanto la encarnación del partido y la revolución y toda crítica o diferencia hacia ellos es anticomunismo puro? Bueno, estos tontitos o tontitas que, o son funcionarios que no sabrían cómo ganarse la vida si no les pagara un estipendio el pratido o les consiguera una pega en el Colegio de Profesores o en la CUT, o ocupan un cargo dirigente porque son sobrinos del secretario general del partido o hijitos del presidente del partido y futuro parlamentario incuban en sus víceras el mayor de los anticomunismos, una especie de facismo rojo. Esos sí que trabajan para la CIA, y gratis. Por pura vocación.