miércoles, 9 de junio de 2010

Furia de los Mercados

Por Cristian Meneses

A fines de abril del presente año se estrenaba en las principales salas de cine en Santiago, el remake de una película de Desmond Davis de 1981. El título de la película en español es “Furia de Titanes” y la trama se desarrolla en torno al conflicto entre los caprichosos y todopoderosos dioses del Olimpo por un lado, y los desventurados mortales griegos por el otro.
Coincidentalmente, la Grecia física del mediterráneo europeo y sus ciudadanos de carne y hueso, deben enfrentar desde comienzos de este mayo las terribles consecuencias de los caprichos de los semidioses del “olimpo neoliberal” con sede bastante más cercana, por desgracia, que la mitológica morada de los dioses helénicos.
Armados con las flamígeras y draconianas condiciones para estabilizar la maltrecha economía griega( y por cierto respaldados por los no menos flamígeros misiles de la OTAN), descargan toda su furia contra el pueblo trabajador griego, condenándolo a la inevitable recesión, a los despidos, a la precarización de sus pensiones, al deterioro de los sistemas públicos de salud y de educación, a la caída de sus salarios y a todas las penas del infierno que la religión libremercadista reserva a los explotados. El objetivo es claro, poder pagar el anterior “festín” de los especuladores capitalistas y rescatar a los bancos “naufragados” de toda Europa, a costa de los sufrimientos y carencias de los ciudadanos que no fueron invitados a las “bacanales del dinero” y que, con suerte, solo recogieron algunas de las migajas crediticias con intereses usurarios.
Las medidas que han propuesto el FMI y el Banco Mundial son las siguientes (ver artículo de Movimiento por el Socialismo en Rebelion.org):
• Durante 5 años, se congelarán los salarios y las jubilaciones de la función pública.
• La disminución de las primas (Navidad y Pascua), del aguinaldo y del 14º salario equivalente a un salario mensual de 1200 euros en el sector público (1.716 francos suizos). En 14 meses, una pérdida de 3000 euros (4290 francos). Resultado: ¡un ingreso anual de 19.734 francos en vez de 24.024!
• El porcentaje principal del regresivo IVA pasa al 23%, después de haber aumentado, en marzo, del 19% al 21%. Las tasas mínimas (sobre los bienes llamados de primera necesidad) aumentan también. Los impuestos referentes al combustible - uno de los más costosos en Europa -, el tabaco y el alcohol se aumentarán un 10%, por segunda vez.
• Los propietarios de un bien inmueble - un 80% de la población - serán afectados por la subida del impuesto de propiedad de la tierra.
• De aquí al 2013, la edad para jubilarse se eleva a 65 años (60 años actualmente), tanto para las mujeres como para los hombres. Ya se menciona el límite de 67 años. Para tener una jubilación completa, mismo miserable, será necesario haber contribuido 40 anualidades (y no más 37). Se suprimen los aguinaldos, con una “compensación” de 800 euros al año para las jubilaciones inferiores a 2.500 euros.
• Más importante: el importe de la jubilación se calculará sobre la base del conjunto de los salarios de toda la vida activa. Con los muy bajos salarios de entrada “en el mercado laboral”, el desempleo, el impuesto salarial que vendrá, se deriva una reducción evaluada entre 45% y 58% de las jubilaciones futuras.
• Se reducirán los gastos de funcionamiento en los sectores de salud y educación en 1,5 mil millones de euros; lo que va aumentar el espacio para las clínicas y las escuelas privadas y a acentuar más aún la discriminación social.
• Las inversiones públicas se reducirán del mismo importe, abriendo aún más la puerta a las privatizaciones en sectores decisivos, privatizaciones de las que ya aprovecharon, en particular, las transnacionales alemanas.
• La legislación laboral se debilitará aún en lo que se refiere a los despidos, al salario de compromiso para los jóvenes, etc. Toda austeridad brutal consigue, a medio plazo, un ataque evidente contra los derechos sindicales.
• Las medidas contra la evasión fiscal no afectarán a las más altas rentas. Como “por milagro” solamente 5.000 ciudadanos griegos declaran una renta anual superior a 100.000 euros (14.3000 francos suizos). Nada asombroso, en cuanto los expertos estiman en 36.000 millones de francos, los fondos griegos depositados “ilegalmente” en los bancos suizos (Sonntag.ch, 2 de mayo de 2010, de p. 27).
• Por el contrario, los gastos de armamento (2,8% del PIB en Grecia, contra un 1,3% en Alemania) no se afectarán, ya que las adquisiciones se concentran en compras de armas a las empresas francesas y alemanas.

Nada nuevo bajo el sol. Deberán pagar los que pagan siempre, los que están destinados a pagar por las crisis, las bancarrotas, la ineptitud administrativa y contable ajena, la temeridad y la torpeza de los inversionistas, la corrupción y la venalidad del sistema político y la voracidad sin límites de un sistema económico devenido antihumano y antinatural.
El capitalismo no está en crisis, el capitalismo ES una crisis que se reproduce y perpetúa cíclicamente en virtud de los desequilibrios inherentes e insalvables a su propia dinámica, obscurecida y enmascarada por el refinado y limitadísimo formalismo de la Teoría del Equilibrio General, mientras se embriaga al resto del mundo con el desquiciado dogma de fe de la “mano invisible”.
El premeditado y cruel programa de empobrecimiento y precarización de los trabajadores griegos solo es necesario para mantener las extraordinarias tasas de explotación en beneficio de los grandes grupos económicos transnacionales y locales, a pesar de la crisis, descargando el sideral costo de ésta sobre el conjunto del pueblo. Al mismo tiempo es una oportunidad magnífica para salvar la banca privada (no sólo de Grecia) a costa de los recursos fiscales, tal como ocurrió en Chile bajo la dictadura de Pinochet.
En esta hora en que la furia de los mercados se desata con particular ira contra los griegos es que debemos insistir en que la persistencia del capitalismo como sistema dominante solo conduce a crisis sobre crisis. La debacle griega es la continuación de la crisis del sistema capitalista en su conjunto y que afecta a las economías de todo el planeta. Millones de niños, mujeres y hombres serán lanzados a la precariedad y a la miseria, socialmente sacrificados en el altar de los “semidioses” del Olimpo capitalista.
La abultada suma final destinada al rescate de la economía helénica y las reticencias iniciales de los gobiernos líderes de la Unión europea, solo dan cuenta de la amplitud y profundidad de la actual coyuntura económica por la que atraviesa el viejo continente.
El peligro de “contagio” a las otras economías débiles de la región y el horizonte de la devaluación de Euro hacen presagiar la posibilidad de la expulsión del “europaraíso” para los países pobres del sur de Europa.
La arremetida contra las conquistas sociales de los pueblos no es necesariamente un síntoma de la agonía del Capitalismo. Puede ser perfectamente nada más que el modo de adaptación que este sistema tiene frente a las catástrofes económicas que él mismo genera, en la dinámica irracional de la sobreproducción, la sobrevaloración, la especulación y la virtualización recursiva de los engendros financieros que termina en la destrucción masiva y generalizada de fuerzas productivas sanas de la sociedad.
La respuesta correcta es el rechazo absoluto y frontal a los planes de ajuste, tal como han mostrado los trabajadores griegos en la movilización y huelga general del 5 de mayo recién pasado. El mismo día del aniversario 192 del nacimiento de Carlos Marx, su acertada visión de la dinámica social se expresaba concretamente en las calles griegas, donde se enfrentaban con claridad evidente las clases antagónicas del mundo capitalista.
Ese día podía verse con nitidez el fuego del “Prometeo de Tréveris” en el mismísimo Partenón.

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