miércoles, 9 de junio de 2010

Piñera y la voz de los patrones

Consejo Nacional de Comités Comunistas

El 21 de mayo en Valparaíso se escuchó la voz de los dueños de Chile. Tras años de prestar el gobierno a sus capataces de la concertación, la derecha económica y política vuelve a La Moneda para hacer más eficiente el modelo instaurado a sangre y fuego por la dictadura y consolidado por los cuatro gobiernos de la Concertación.
Pasando gato por liebre, y aprovechando la coyuntura del cataclismo de febrero, Piñera pretende imponer beneficios tributarios permanentes para los empresarios a cambio de sacrificios de corto plazo. También se adelanta a pedir mayor flexibilización a la fuerza laboral, hacer desaparecer el salario mínimo y ampliar la entrega del cobre y los servicios sanitarios a manos privadas.
Todo esto con la ausencia absoluta en el Parlamento de una voz que llame a la unidad y la lucha contra el modelo capitalista neoliberal, obviamente por que la denominada oposición no tiene grandes cambios que promover en lo económico y social, como tampoco lo hacen los parlamentarios del PCCH incluidos en el antidemocrático Congreso, que continúan con su política de acercamiento a la derecha concertacionista y alejamiento del movimiento social y sindical.
Por su parte, los movimientos extraparlamentarios continúan demostrando demasiadas divergencias y líneas separadas de trabajo, mientras unos se proponen la legalización de una herramienta política para participar en las próximas elecciones municipales, sufriendo a la vez nuevas divisiones internas como en el caso de Andha Chile, los otros se plantean una coordinación de acciones de apoyo a las movilizaciones sociales que aun no cuaja en una articulación que proponga la unidad amplia y el crecimiento necesario para tener un peso específico en el acontecer nacional, a pesar de que las condiciones objetivas hace rato que están maduras para pasar a la ofensiva.
Desde el sector sindical aparecen luces de esperanza. Entre reuniones y trabajos voluntarios desde la solidaridad de clase, diversos sectores de trabajadores han ido dando cuerpo a una coordinación que nace desde los más explotados por el modelo, los subcontratados de todas las áreas de la producción. Así es como los portuarios y la gente de la pesca, los de la agroindustria y el montaje de la gran minería, los salmoneros y forestales, como también de otros sectores, han ido elaborando un plan mínimo de reivindicaciones y tienden a la unidad en un movimiento que podría transformarse en un importante polo de atracción para otros trabajadores y dirigentes sindicales que se encuentran cansados de la burocracia y la corrupción instalada a la cabeza de la Central Unitaria de Trabajadores, cuyos máximos representantes son mayoritariamente cartas de sus partidos y hace muchos años que no trabajan, no tienen sindicato base y menos base real. Mientras duraron los gobiernos de la Concertación su función principal era la de moderar los conflictos y mantener sus propias granjerías, entre las que se incluyen la disputa por el viaje a la OIT en Ginebra, con jugosos viáticos, y los proyectos aprobados desde el Ministerio del Trabajo que pocas veces fueron realizados realmente.
Los despidos en el sector público, la cesantía que crece con la excusa del terremoto y la promoción de mayor flexibilidad laboral, fin del salario mínimo y ampliación de las privatizaciones, conforman un escenario que podría convertirse en una buena oportunidad para ampliar la unidad de los trabajadores y el movimiento social, dándole un nuevo aire a la transformación profunda que requiere el país, todo esto si quienes están por esta alternativa logran superar sus diferencias, que a veces parecen mínimas pero se hacen tan profundas, para ocupar el sitio dejado por quienes se decían representantes de los trabajadores para usarlos solamente como trampolín de sus ambiciones personales de llegar al Parlamento.
Está todo por hacerse, hay que comenzar a caminar.

1 comentario:

alberto dijo...

Srs. Revista Principios

Me da pena su anticomunismo enfermizo, se dicen revolucionarios, de clase, pero atacan cobardemente al Partido Comunista de Chile y a sus diputados, yo trabajador de Lo Espejo trabaje por la candidatura de Guillermo Tellier y la gente voto por el y salio elegido Diputado, por que la gente nos cree, pero a ustedes quien les cree, nadie, la traicion el pueblo la cobra cara y ustedes son un traidores de clase. Yo no veo diferencia en un Allamand, Coloma, Moreira, con ustedes, los une su anticomunismo enfermizo, ustedes sufren de infantilismo revolucionario, y de ceguera politica, como dicen los cabros, no cachan para donde va la micro.
Dejen tranquilo a nuestro Partido Comunista de Chile, y formen su propio partido si son tan gallos y organicen a la gente y hagan la Revulucion,palabra que les queda grande y dejense de vivir en funcion de lo que hace nuestro partido Comunista.